Hola a todos. La verdad es que nunca sé cómo empezar las entradas al blog, me siento estúpida saludando, cosa que hago siempre, ¿seré estúpida? Ejem. Pero si no saludo, lo veo todo como muy soso y hardcore ahí 'ME HE COMPRADO...' Nah...
I'm rambling, como siempre en el blog. ¿Cómo serí la traducción de esa frase al español? No existe, es un verbo que hace falta en castellano.
Primero que nada quiero dar un millón de gracias a todos los que participaron en el sorteo, leí todos los comentarios y estoy muy emocionada, haría más sorteos sólo para volver a leer comentarios como los que me dejaron, esperaba que fueran más duras conmigo, pero al perecer hago las cosas bastante bien, la crítica general era el intervalo de tiempo entre vídeo y vídeo y espero que se hayan dado cuenta de que ahora que tengo tiempo estoy intentando remediarlo, me porto bien :)
Lo dicho, gracias a todos, son los mejores.
Vale, hora de empezar con la entrada real.
Quienes me conozcan, que imagino que de los que estén leyendo esto no serán muchos, sabrán que amo las botas militares, bueno esto lo sabe cualquier persona que vea mis vídeos, pero siempre he querido unas Dr. Martens, y nunca las había comprado principalmente por el maravilloso precio que tienen, que por cierto voy a estar pagándoselas a mi madre hasta que me jubile, pero bueno, ese no es el caso.
Al fin, tras dos años de espera las tengo :') Les dejo un Combinando prendas: Dr. Martens, por si les intresa:
Quienes me sigan en twitter sabrán que hubo un melodrama heavy durante la compra de mis botitas. Y es que fui a la zapatería en cuestión, que en este caso no nos interesa el nombre, por lo que no voy a hacer publicidad gratis y me probé la talla 38 de las susodichas botas, las cuales me quedaban pequeñas, bueno, fuimos a por las 39, tras 15min de espera, tenían que ir al almacén a buscarlas. Una vez con las 39 en la mano, me las probé, y para mi sorpresa me quedaban absolutamente gigantes, la diferencia entre las tallas era abismal, así que muy a mi pesar y con la cara por el suelo me volví a casa sin mis botas, pensando que nunca podría cumplir el pequeño sueño de llevar unas Dr Martens.
Al día siguiente tenía que irme a un centro comercial así que me pasé por la zapatería sin ánimo ninguno a probarme una vez más las botas, la esperanza es lo último que se pierde, ¿verdad?
Para mi sorpresa el tallaje de estas botas era completamente diferente así que las 38, me quedaban bien, el dedo me rozaba la punta del zapato, pero son unas botas que deseo tanto... El caso es que las compré y yo más feliz que una perdiz :) Ya no me da la sensación de que me estén algo pequeñas, las noto mías, así que en agosto que me voy al más puro invierno no me las quitaré ni un segundo. De momento tengo que conformarme con verlas en la estantería...
Estoy, tan, tan feliz :') Les dejo algunas fotos